La eclampsia es una complicación grave y potencialmente mortal que puede surgir durante el embarazo, generalmente en mujeres que ya han desarrollado preeclampsia.
Se caracteriza por la aparición de convulsiones en una mujer con preeclampsia que no tiene antecedentes de trastornos convulsivos.
La eclampsia requiere atención médica inmediata para proteger la salud de la madre y el bebé.
En este artículo, explicaremos las causas, síntomas y tratamientos de la eclampsia, proporcionando una guía sobre esta condición.
¿Qué es la eclampsia?
La eclampsia es una forma grave de preeclampsia que se complica con convulsiones o coma en una mujer embarazada.
A pesar de los avances en la medicina prenatal, según la Organización Mundial de la Salud la eclampsia sigue siendo una de las principales causas de mortalidad materna y perinatal en todo el mundo.
Generalmente, la eclampsia ocurre en el tercer trimestre del embarazo, durante el parto o en el período postparto.
Es crucial entender las señales de advertencia y actuar rápidamente para prevenir consecuencias graves.
Causas
Aunque las causas exactas de la eclampsia no se comprenden completamente, se sabe que está estrechamente relacionada con la preeclampsia, una condición que se caracteriza por hipertensión y proteinuria (presencia de proteínas en la orina) después de la semana 20 de gestación.
Algunos factores de riesgo conocidos incluyen:
- Preeclampsia previa: Las mujeres que han tenido preeclampsia en embarazos anteriores tienen un mayor riesgo de desarrollar eclampsia en embarazos posteriores.
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- Factores genéticos: La predisposición genética juega un papel importante en el desarrollo de la eclampsia. Si hay antecedentes familiares de preeclampsia o eclampsia, el riesgo es mayor.
- Problemas con la placenta: La disfunción placentaria, que afecta el flujo sanguíneo entre la madre y el feto, es un factor clave en el desarrollo de la preeclampsia y, en consecuencia, de la eclampsia.
- Condiciones preexistentes: Mujeres con hipertensión crónica, enfermedades renales, diabetes o trastornos autoinmunes están en mayor riesgo de desarrollar eclampsia.
- Embarazo múltiple: Los embarazos gemelares o múltiples aumentan el riesgo de preeclampsia y eclampsia debido a la mayor demanda sobre el sistema cardiovascular y la placenta.
Síntomas de la eclampsia
La eclampsia puede desarrollarse de manera repentina y es precedida por los síntomas de la preeclampsia.
Es vital reconocer los signos de alerta para buscar atención médica de inmediato.
- Convulsiones: La característica más definitoria de la eclampsia son las convulsiones, que pueden ser breves y no provocar pérdida de conocimiento o, en casos más severos, llevar al coma.
- Dolores de cabeza severos: Dolores de cabeza intensos y persistentes que no responden a los analgésicos comunes pueden ser una señal de que la preeclampsia está evolucionando hacia la eclampsia.
- Visión borrosa o pérdida de visión: Cambios en la visión, como visión borrosa, destellos de luz o ceguera temporal, son síntomas que indican un riesgo inminente
- Dolor en la parte superior del abdomen: El dolor en la parte superior derecha del abdomen, bajo las costillas, es un síntoma preocupante que puede indicar una disfunción hepática asociada con la eclampsia.
- Náuseas y vómitos: Náuseas y vómitos en el tercer trimestre pueden ser un signo de que la preeclampsia está empeorando.
- Edema grave: Aunque la hinchazón es común en el embarazo, un edema severo, especialmente en las manos y la cara, puede ser indicativo de preeclampsia grave o eclampsia.
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Tratamiento de la eclampsia
El tratamiento tiene como objetivo principal prevenir las convulsiones, controlar la presión arterial y, en última instancia, asegurar el bienestar de la madre y el bebé.
A continuación, se describen las opciones de tratamiento más comunes:
Medicación anticonvulsiva
- Sulfato de magnesio: Es el tratamiento de elección para prevenir y controlar las convulsiones en mujeres con eclampsia. Se administra por vía intravenosa y es altamente efectivo para reducir la actividad convulsiva.
Control de la presión arterial
- Antihipertensivos: Los medicamentos para reducir la presión arterial son esenciales para manejar la eclampsia. Los fármacos como la hidralazina, el labetalol o la nifedipina se usan comúnmente en estos casos.
Inducción del parto o cesárea
En la mayoría de los casos de eclampsia, el nacimiento del bebé es la única solución definitiva. Dependiendo de la edad gestacional y la gravedad de la condición, se puede recomendar una inducción del parto o una cesárea para reducir el riesgo tanto para la madre como para el bebé.
Cuidados intensivos
Las mujeres con eclampsia pueden requerir cuidados intensivos para monitorear y manejar las complicaciones que puedan surgir.
Esto incluye el control estricto de la función renal, hepática y cardiovascular.
Atención postparto
La eclampsia puede continuar o desarrollarse después del parto, por lo que es crucial un monitoreo cuidadoso durante el período postparto para prevenir y tratar posibles complicaciones.
La detección temprana y el manejo adecuado de la preeclampsia son fundamentales para prevenir su evolución hacia la eclampsia, una complicación grave que puede poner en riesgo la vida de la madre y el bebé.
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