¿Sabes qué es la hepatitis B y el impacto que puede tener en tu salud? Este virus afecta al hígado, provocando efectos secundarios incómodos y potencialmente graves. 

En esta entrada del blog, hablaremos de todo lo que necesitas saber sobre la hepatitis B, incluyendo: cómo se transmite, sus síntomas, el tratamiento y las medidas de prevención. Esperamos que al leer este artículo estés más informada/o y puedas tomar medidas proactivas para proteger tu salud.

¿Qué es la Hepatitis B?

La hepatitis B es una infección hepática grave que puede causar daños a largo plazo si no se trata. El virus responsable de esta infección se conoce como virus de la hepatitis B (VHB). En algunos casos, la infección puede durar más de medio año, dejando a esas personas con hepatitis B crónica y exponiéndolas a un mayor riesgo de desarrollar cirrosis, cicatrices en el hígado, insuficiencia hepática grave o cáncer. 

Este riesgo es aún mayor en los lactantes y niños que padecen esta enfermedad. Afortunadamente, es posible que las personas afectadas de hepatitis B se recuperen totalmente una vez administrado el tratamiento adecuado. Por tanto, es esencial que todo el mundo reconozca los signos y síntomas de esta enfermedad para asegurarse de recibir atención médica a tiempo si es necesario.

¿Cómo se transmite? 

La hepatitis B es un virus grave y contagioso, pero no se transmite al estornudar o toser. En cambio, el virus se transmite normalmente de persona a persona a través de la sangre, el semen, la saliva y otros fluidos corporales infectados. 

Este virus se propaga por múltiples métodos diferentes. Una de las formas más comunes es a través del contacto sexual. Cuando dos personas mantienen relaciones sexuales sin protección, la sangre, la saliva, el semen o las secreciones vaginales de la persona infectada pueden entrar en el cuerpo de la otra persona y provocar una transmisión del virus. 

Otra forma habitual de transmisión es compartir agujas o jeringuillas contaminadas con sangre infectada. Además, las mujeres embarazadas infectadas por el virus pueden transmitirlo a sus bebés durante el parto, lo que da lugar a la transmisión de madre a hijo.

Síntomas

La hepatitis B puede presentarse con diversos grados de gravedad en las personas infectadas. Aunque los síntomas suelen tardar de 1 a 4 meses en desarrollarse tras la exposición, es posible experimentarlos a las 2 semanas. 

Los signos y síntomas más frecuentes pueden ser dolor abdominal, orina oscura, fiebre, dolor articular, pérdida de apetito, náuseas y vómitos, debilidad y fatiga, e ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos). 

No obstante, es importante estar atento a la aparición de cualquier síntoma sospechoso. En cualquier caso en que surja la sospecha de  tener esta enfermedad, siempre se recomienda consultar a un profesional médico para su evaluación y tratamiento.

Hepatitis B aguda o crónica 

El virus de la hepatitis b puede dar lugar a una infección aguda o crónica. La aguda suele resolverse por sí sola en seis meses, pero si el sistema inmunitario no la elimina, puede convertirse en una infección crónica a largo plazo. 

Las personas con una infección crónica suelen correr el riesgo de desarrollar con el tiempo enfermedades más graves, como cirrosis o cáncer de hígado. 

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Tratamientos

El virus de la hepatitis B aguda no necesita tratamiento, pero es importante vigilar regularmente la evolución de quien consulta para evitar que evolucione hacia complicaciones graves y determinar si se convertirá en una infección crónica. 

Cuando se trata de una hepatitis B crónica, el especialista puede prescribir medicamentos antivirales; estos medicamentos han demostrado su eficacia para mejorar los resultados clínicos, e incluso reducir el riesgo de progresión del virus. 

Es sumamente importante que las personas afectadas por hepatitis B aguda o crónica sigan los consejos de su profesional de salud, ya que este virus puede disminuir significativamente la calidad de vida si no se trata.

¿Cómo se diagnostica? 

Un diagnóstico preciso de la hepatitis B comienza con un conocimiento profundo de tu historial médico y tus síntomas. Tu profesional de salud te hará preguntas detalladas para hacerse una idea precisa, incluidos los factores de riesgo. 

Además, puede realizar una exploración física, evaluando la zona del hígado para detectar cualquier sensibilidad o inflamación. Por último, pueden realizarte análisis de sangre para determinar si eres positivo. Estos análisis pueden revelar no sólo si tienes el virus, sino también su gravedad.

Toda esta información es importante para diagnosticar con precisión una infección por hepatitis B, de modo que puedan tomarse las medidas adecuadas para garantizar tu salud y bienestar.

¿Dónde se diagnostica?

Si crees que tienes alguna ITS, reserva una cita con nosotros para tus pruebas de ITS. Estaremos encantados de hacer algunas pruebas y averiguar qué está pasando. Si resulta ser hepatitis B, hay tratamientos disponibles que pueden ayudar a controlar el virus. 

También es posible prevenir la hepatitis B vacunándose contra ella. En resumen: si crees que puedes tener esta enfermedad, no tardes en buscar atención médica. Cuidar de tu salud debe ser siempre una prioridad.

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