¿Te has preguntado alguna vez qué es una citología vaginal o papanicolaou y cómo puede ayudar a mantener sano tu cuerpo? La citología vaginal, que debe su nombre al científico Georgios Papanikolaou, que publicó el procedimiento en la década de 1940**, es una parte importante de la atención médica ginecológica periódica.
Esta prueba de tamizaje ayuda a detectar cualquier anomalía o células precancerosas en el cuello uterino antes de que se conviertan en problemas de salud graves. Al someterse regularmente al examen de papanicolaou, las mujeres y otras personas con aparato reproductor femenino dan un paso proactivo hacia el control de su salud reproductiva, identificando precozmente posibles problemas.
En esta entrada del blog, hablaremos de todo lo que implica hacerse una citología y por qué es tan importante someterse a esta prueba anualmente.
¿Qué es y para qué sirve la prueba de papanicolau?
La prueba de Papanicolaou o citología vaginal es una medida de tamizaje esencial en la prevención y detección precoz del cáncer de cuello uterino, una enfermedad potencialmente mortal que puede afectar a mujeres y otras personas con útero de cualquier edad.
Este sencillo procedimiento consiste en que un profesional de salud recoja células del cuello uterino, que es la parte inferior del útero. A continuación, estas células se envían a un laboratorio para su análisis, lo que permite vigilar de cerca cualquier cambio precanceroso.
La detección precoz de posibles problemas permite actuar con rapidez y eficacia para reducir el riesgo de desarrollar cáncer de cuello uterino u otras complicaciones. Por ello, se recomiendan pruebas de Papanicolaou periódicas.
¿Quién debe hacerse una prueba de papanicolau?
La Sociedad Americana contra el Cáncer*** recomienda que la primera prueba de Papanicolaou se realice a los 21 años para detectar y tratar mejor el posible cáncer de cuello uterino.
Esta nueva directriz supone un cambio respecto a las normas existentes, que sugerían iniciar la prueba tres años después de iniciar la actividad sexual. Según los especialistas, este cambio se debe al bajo riesgo de cáncer entre las personas adolescentes.
La prueba de Papanicolaou ofrece una valiosa herramienta de tamizaje para detectar complicaciones potencialmente graves asociadas al cáncer de cuello uterino, por lo que la edad de 21 años es el momento ideal para iniciarla.
También según las últimas recomendaciones, la frecuencia de las pruebas depende de la edad de la mujer: entre los 21 y los 29 años debe someterse a las pruebas cada tres años; entre los 30 y los 65, el intervalo recomendado es de cinco años con una prueba combinada de Papanicolaou y VPH o de tres años sólo con la prueba de Papanicolaou.
A partir de los 65 años, hay ciertos factores de riesgo que deben tenerse en cuenta a la hora de someterse a pruebas de detección del cáncer de cuello uterino. Dependiendo de los antecedentes médicos personales, puede ser necesario continuar con el tamizaje después de los 65 años.
Esto se aplica a las personas con VIH y que han recibido tratamiento inmunosupresor, así como a las que han estado expuestas al dietilestilbestrol antes del nacimiento o ya han recibido tratamiento para lesiones precancerosas del cuello uterino o para el propio cáncer de cuello uterino.
Para quienes se han sometido a una histerectomía, no suele ser necesaria una prueba de Papanicolaou. Sin embargo, no siempre es así: si la histerectomía se realizó para tratar una lesión precancerosa del cuello uterino o un cáncer de cuello uterino, se recomienda someterse a pruebas de Papanicolaou de seguimiento.
Es importante que las personas con antecedentes de este tipo de cirugía consulten a su médico para determinar si deben someterse a pruebas de Papanicolaou periódicas.
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¿Cómo me preparo para una prueba de papanicolaou?
Es importante asegurarse de que se toman todas las medidas necesarias antes de la prueba de Papanicolaou para obtener los resultados más precisos posibles. La prueba de Papanicolaou no debe realizarse mientras estés menstruando; hacerlo puede debilitar la fiabilidad de los resultados.
En su lugar, se recomienda concertar una cita cinco días después del último día de la menstruación para obtener los mejores resultados. Además, es importante tener en cuenta ciertas precauciones dos o tres días antes de la prueba, como abstenerse de utilizar tampones, espumas y cremas, cualquier otro medicamento en la vagina, duchas vaginales (irrigaciones) y mantener relaciones sexuales vaginales.
Siguiendo estas medidas, quien consulta puede aumentar sus posibilidades de obtener resultados fiables y precisos de sus pruebas de Papanicolaou.
Efectos secundarios
Aunque la prueba de Papanicolaou es rápida y relativamente indolora, algunas personas pueden experimentar ligeras molestias durante el proceso. Sin embargo, las posibles molestias no deben ser motivo de preocupación, ya que no se conocen riesgos asociados a la prueba en sí.
En raras ocasiones, puede producirse una pequeña hemorragia tras la realización de la prueba de Papanicolaou; sin embargo, esto es extremadamente infrecuente y suele resolverse en pocos días.
Otros nombres para la prueba
Generalmente se conoce como prueba de Papanicolaou, pero también puede denominarse citología cervical, citología vaginal, citología exfoliativa, frotis de Pap o prueba de Pap.
Si tienes cuello uterino, es importante que te hagas una citología. Esta sencilla prueba puede detectar las primeras fases del cáncer de cuello uterino, que es muy tratable cuando se detecta a tiempo.
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Fuentes bibliográficas:
**La historia de amor detrás del Papanicolaou, el test que ha salvado millones de vidas de mujeres
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