El sida es una enfermedad grave y potencialmente mortal causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El VIH ataca el sistema inmunológico de una persona, haciéndole susceptible a otras infecciones y enfermedades.
Los síntomas del SIDA pueden variar de una persona a otra y van de leves a mortales. No hay cura, pero existen tratamientos eficaces. En esta entrada del blog, hablaremos de la infección por el VIH y sus síntomas, así como de los distintos tratamientos y métodos de prevención disponibles actualmente.
¿Qué es y cómo se transmite el VIH / SIDA?
El SIDA, también conocido como síndrome de inmunodeficiencia adquirida, es una enfermedad crónica y potencialmente mortal causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). El VIH ataca y debilita el sistema inmunológico, dificultando al organismo la lucha contra las infecciones y las enfermedades.
Es importante entender cómo se transmite el VIH para protegerse y a los demás. El virus se encuentra en diversos fluidos corporales, como el semen, los flujos vaginales, la mucosa anal, la sangre y la leche humana.
Estos fluidos pueden entrar en el cuerpo a través de cortes o llagas en la piel o a través de membranas mucosas como el interior de la vagina, el recto y el pene.
Puede transmitirse a través de las relaciones sexuales (vaginales o anales) sin protección y al compartir agujas para el consumo de drogas u otras actividades, como piercings o tatuajes.
Sin embargo, no puede transmitirse a través del sudor, la saliva o la orina. Esto significa que actividades cotidianas como abrazarse, besarse, compartir bebidas o utensilios y/o utilizar el mismo retrete, no darán lugar a la transmisión del virus.
También cabe destacar que no hay riesgo de transmitir el VIH a través de las picaduras de mosquito o de una piscina o bañera. Es importante informarse sobre cómo se transmite el VIH para tomar las debidas precauciones.
Síntomas
Cuando una persona se infecta por primera vez con el VIH, puede experimentar una serie de síntomas que pueden confundirse con la gripe u otras enfermedades víricas comunes.
Estos síntomas incluyen fiebre, dolores musculares, dolor de cabeza, dolor de garganta, sudores nocturnos, llagas en la boca, ganglios linfáticos inflamados y diarrea.
Sin embargo, es importante señalar que muchas personas no experimentan ningún síntoma durante su infección por VIH. Sin las pruebas de ITS específicas, una persona puede no darse cuenta de que está infectada.
Por eso es tan importante que las personas se sometan a pruebas regulares del VIH como parte de su rutina de salud sexual. La detección y el tratamiento tempranos pueden reducir en gran medida el riesgo de desarrollar el SIDA y de transmitir el virus a otras personas.
Aunque los síntomas iniciales de la infección aguda por el VIH pueden durar sólo de unas semanas a un par de meses, una persona puede permanecer asintomática durante muchos años y seguir siendo capaz de transmitir el virus a otros.
Sin tratamiento, una persona infectada por el VIH podrá desarrollar SIDA, un grave debilitamiento del sistema inmunológico. El tiempo que tarda una persona en pasar de la infección por el VIH al SIDA puede variar enormemente, ya que algunos avanzan en pocos años y otros permanecen sanos durante décadas.
Síntomas avanzados
Como el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) ataca y debilita el sistema inmunológico, las personas con SIDA son muy susceptibles de sufrir infecciones oportunistas.
Este tipo de infecciones se producen cuando microorganismos normalmente inofensivos se aprovechan de la respuesta inmunológica debilitada y causan enfermedades que no afectarían a un individuo sano.
Estas infecciones pueden afectar a cualquier parte del cuerpo y pueden estar causadas por bacterias, virus, hongos o protozoos. Además de estas enfermedades infecciosas, las personas con SIDA también tienen un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, como el linfoma y el cáncer de piel.
En las personas con VIH y SIDA, los síntomas pueden variar según el tipo de infección y la zona del cuerpo afectada. Las infecciones pulmonares, por ejemplo, suelen provocar tos, fiebre y dificultad para respirar.
Las infecciones intestinales pueden provocar síntomas gastrointestinales como diarrea, náuseas y dolor abdominal. La pérdida de peso, la fiebre y la inflamación de los ganglios linfáticos son también frecuentes en las personas con VIH y SIDA.
Es importante que las personas que consultan acudan al profesional de salud para que les haga un diagnóstico y un tratamiento adecuados, a fin de controlar sus síntomas y evitar complicaciones.
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¿Cómo se diagnostica el VIH / SIDA?
Cuando se trata de diagnosticar el VIH, suele ser un proceso de dos pasos. El primer paso consiste en las pruebas de detección, que suelen consistir en tomar una muestra de sangre o de fluido oral y buscar anticuerpos o antígenos asociados al virus.
Estas pruebas pueden proporcionar resultados en un tiempo aproximado de 30 minutos. Sin embargo, si la prueba da un resultado positivo, es importante confirmar el diagnóstico mediante otras pruebas.
Esto se conoce como pruebas de seguimiento o de confirmación, que ayudan a garantizar un diagnóstico preciso antes de avanzar en las opciones de tratamiento. Es importante tener en cuenta que el VIH puede no aparecer en estas pruebas inmediatamente después de la infección, por lo que volver a hacerse las pruebas con regularidad es crucial para la detección temprana y el éxito del tratamiento.
Tratamiento del VIH / SIDA
Es importante saber que, aunque el VIH no puede curarse, puede controlarse eficazmente con la terapia antirretrovírica. El tratamiento antirretroviral consiste en tomar una combinación de fármacos que impiden que el virus se reproduzca en el organismo, reduciendo así su presencia en la sangre y manteniendo la carga viral en un nivel bajo.
Por supuesto, los análisis de sangre regulares son cruciales para controlar esta carga viral y asegurarse de que se mantiene indetectable. Pero quizás lo más importante es que tener una carga viral indetectable significa reducir drásticamente la probabilidad de transmitir el VIH a otras personas.
Así que, aunque todavía necesitamos una cura para esta enfermedad, y seguimos buscando una, también tenemos acceso a opciones de tratamiento eficaces que pueden conducir a mejores resultados de salud para quienes viven con el VIH/SIDA, así como a la prevención de su propagación.
Prevención
La propagación del VIH/SIDA puede prevenirse eficazmente tomando las siguientes medidas. En primer lugar, es importante hacerse la prueba para conocer el propio estado y buscar el tratamiento necesario.
Además, evitar el contacto con la sangre de otra persona y no compartir agujas y jeringuillas puede ayudar a prevenir la transmisión. Si una persona da positivo en la prueba del VIH, debe abstenerse de realizar actividades que puedan transmitir el virus a otras personas, como donar sangre, plasma, órganos o esperma.
Las personas embarazadas que sean seropositivas deben hablar con un profesional de salud sobre los riesgos de transmisión al feto, y también debe evitarse la lactancia.
Por último, la práctica de sexo seguro mediante el uso de preservativos puede reducir el riesgo de transmisión, pero no lo elimina por completo.
Si crees que puedes haber estado expuesto al virus, es importante que te hagas la prueba del VIH lo antes posible. Las Clínicas Estrella Rosa ofrecen pruebas confidenciales de VIH/SIDA y tratamiento para aquellos que lo necesiten. Así que no esperes, llámanos hoy mismo y descubre cómo podemos ayudarte a proteger tu salud.