¿Sabías que la sífilis está causada por una bacteria espiroqueta y puede transmitirse a través de las mucosas y la piel? Lo más habitual es que se contagie por contacto sexual, pero también puede transmitirse de la madre al bebé durante el embarazo o el parto. 

En esta entrada del blog, hablaremos del contagio, los síntomas, el tratamiento y la prevención de la sífilis. Sigue leyendo para saber más

¿Qué es la sífilis? 

La sífilis es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Treponema pallidum, esta infección bacteriana puede causar una serie de problemas de salud graves si no se trata. Además de causar sus propios problemas de salud, la sífilis también puede aumentar el riesgo de contraer el VIH. 

Por ello, es importante conocer los signos y síntomas de esta infección de transmisión sexual y buscar tratamiento si crees que puedes estar infectado. El tratamiento suele ser sencillo y eficaz cuando se detecta a tiempo, pero puede complicarse si no se trata. También hay medidas que puedes tomar para ayudar a prevenir la infección por sífilis.

Contagio

El modo de transmisión más habitual de esta ITS es el contacto con la llaga de una persona infectada durante la actividad sexual. La bacteria entra en el cuerpo a través de pequeños cortes o abrasiones en la piel o las mucosas. La sífilis es contagiosa durante sus fases primaria y secundaria, y a veces en el periodo de latencia temprana. 

Con menos frecuencia, la sífilis puede transmitirse por contacto directo con una lesión activa, como por ejemplo al besar. También puede transmitirse de la madre al bebé durante el embarazo o el parto. 

Esta infección de transmisión sexual no puede contagiarse por utilizar el mismo retrete, la misma bañera, la misma ropa o los mismos utensilios para comer, tampoco por utilizar piscinas o jacuzzis. 

Una vez curada, la sífilis no vuelve a aparecer sola. Sin embargo, se puede volver a contraer la infección por contacto con una persona infectada. 

Síntomas 

Esta infección de transmisión sexual se desarrolla por etapas, y los síntomas pueden variar según la etapa. Sin embargo, es importante tener en cuenta que las etapas pueden solaparse, y los síntomas no siempre se producen en el mismo orden. En algunos casos, una persona puede estar infectada de sífilis sin notar ningún síntoma durante años.

Sífilis primaria

El primer signo que puede aparecer al tener sífilis es una pequeña llaga. La llaga aparece en el lugar donde la bacteria entró en el cuerpo. Aunque la mayoría de las personas infectadas sólo tienen un chancro, algunas personas tienen varios.

Las llagas suelen aparecer entre las dos y tres semanas después de la exposición. Muchas personas que tienen sífilis no notan el chancro porque suele ser indoloro y puede estar oculto dentro del cuerpo.

Esta lesión se cura por sí solo en un plazo de tres a seis semanas. Sin embargo, aunque el chancro desaparezca, se sigue estando infectado y es muy importante recibir tratamiento para evitar que la enfermedad progrese a la fase avanzada.

Sífilis secundaria 

La sífilis secundaria es una etapa que se produce unas semanas después de la recuperación del chancro original. El síntoma más notable de la sífilis secundaria es una erupción que cubre todo el cuerpo, incluidas las palmas de las manos y las plantas de los pies. 

Esta erupción no suele picar y puede ir acompañada de úlceras verrugosas en la boca o la zona genital. Algunas personas también pueden experimentar caída de cabello, dolor muscular, fiebre, dolor o ardor de garganta e inflamación de los ganglios linfáticos. 

Estos signos y síntomas pueden desaparecer en pocas semanas o aparecer y desaparecer repetidamente a lo largo de un año. 

Sífilis latente 

Si no se trata, la sífilis pasa de la fase secundaria a la latente, durante la cual no hay síntomas. La etapa latente puede durar años, y los signos y síntomas pueden no volver a aparecer. Sin embargo, la enfermedad puede progresar a la tercera etapa (terciaria), momento en el que pueden producirse graves problemas médicos. 

Sífilis Terciaria 

La sífilis terciaria es una complicación grave de la enfermedad que puede darse en personas que no han recibido tratamiento para la infección inicial. La fase tardía puede causar daños en diversos órganos y sistemas, como el cerebro, los nervios, los ojos, el corazón, los vasos sanguíneos, el hígado, los huesos y las articulaciones. 

Estos problemas suelen surgir muchos años después de la infección inicial, por lo que la sífilis terciaria es una enfermedad especialmente peligrosa. El diagnóstico y el tratamiento temprano son esenciales para prevenir la sífilis terciaria y sus complicaciones potencialmente devastadoras.

Neurosífilis

La neurosífilis es una complicación rara pero grave de la sífilis. Puede producirse en cualquier fase de la enfermedad, pero es más frecuente en personas que han tenido sífilis durante muchos años. Las bacterias que causan la sífilis pueden dañar el cerebro y el sistema nervioso, así como los ojos.

Los síntomas de la neurosífilis pueden incluir dificultad para pensar, convulsiones, parálisis, ceguera y demencia. Esta es una enfermedad muy grave y puede ser mortal si no se trata rápidamente con antibióticos. 

Si tienes sífilis, es importante que acudas al médico con regularidad para que pueda controlar la infección y tratarla si es necesario.

Sífilis congénita

La sífilis congénita es una enfermedad grave que puede producirse cuando una mujer embarazada tiene sífilis. Si no se trata, la infección puede transmitirse al feto a través de la placenta o durante el parto. 

La mayoría de los bebés con sífilis congénita no presentan síntomas al nacer, pero algunos pueden desarrollar una erupción en las palmas de las manos y las plantas de los pies. 

Más adelante, pueden sufrir sordera, deformidades dentales y de nariz (colapso del tabique nasal). En algunos casos, los bebés infectados pueden nacer prematuramente o morir en el útero antes de nacer; otros pueden morir poco después del nacimiento. 

Sin embargo, con un tratamiento rápido y adecuado, la sífilis congénita se puede prevenir y la mayoría de los bebés afectados por la enfermedad pueden llevar una vida sana.

Tratamiento

La sífilis puede curarse con los antibióticos adecuados recetados por un médico. Sin embargo, el tratamiento no revertirá ningún daño que la infección ya haya causado.

Prevención

No existe una vacuna para la sífilis, pero hay medidas que pueden tomarse para ayudar a prevenir la propagación de la enfermedad. Si se es sexualmente activo, utilizar un preservativo de látex en todas las relaciones sexuales. Los preservativos pueden reducir el riesgo de contraer la infección, pero sólo si cubren las llagas activas. 

También someterse a pruebas de detección de ITS de forma regular. Si crees que has estado expuesto a la sífilis, ponte en contacto con un profesional médico inmediatamente.

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